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Menores de 11 años con teléfono celular acceden con mayor facilidad a contenidos pornográficos

En algunos colegios hemos observado que el acceso a material pornográfico empieza en torno a los 11 años y se convierte en una actividad habitual a los 13. 

“Mi hijo llegaba del colegio y se iba directo a su dormitorio con el teléfono. Yo trabajo y llego más tarde. Pese a que hacía todo lo posible por controlar lo que veía en Internet, ahora me doy cuenta que no era suficiente. Mi hijo tuvo acceso a pornografía tanto tiempo, que hoy presenta varias dificultades de concentración y regulación emocional.” 

(M. Teresa, ingeniera en sistemas, madre de 2 hijos de 13 y 9 años.) 

Las webs con contenido XXX para adultos, ya sea erótico o sexo explícito, lamentablemente conforman un alto porcentaje de la totalidad de internet. La gran diferencia del porno actual, en relación a la pornografía que se veía en revistas impresas, es que es mayoritariamente violento, más alejado de la sola desnudez femenina. 

En el estudio realizado por la OG Save the Children, el 62,5% de los adolescentes entre 13 a 17 años ha visto pornografía al menos una vez en su vida. Si lo vemos por sexo; corresponde al 87,5% de los hombres y al 38,9% de las niñas. Poco mas de la mitad de los jóvenes encuestados, 53,8%, tuvo su primer acceso a la pornografía antes de los 13 años.  

En tanto, el 51% accede a este tipo de contenidos a través de las “referencias” que se dan entre amigos(as). Es decir, comparten el “link” por redes sociales o se pasan el dato para realizar ciertas búsquedas en la web. 

ACCESO LIBRE 

Algunas redes sociales ofrecen restricciones para el acceso, pero los controles son bastante vulnerables y simples de saltar. Basta acceder a una conexión VPN o a una navegación de forma incógnita, y ya se logra tener acceso al contenido para adultos. 

A partir del 2022 hemos visto un crecimiento en el acceso a la pornografía cercano a los 10 años. Esto coincide con el grado de acceso a internet que tienen los menores a través de Whatsapp y al uso de teléfonos móviles de uso personal. Desde la realidad que observamos en los colegios, el acceso a material pornográfico empieza en torno a los 11 años y se convierte en una actividad habitual a los 13.

Hoy la “pornografía 3.0”, está disponible en servicios como OnlyFans que comparte ese tipo de porno interactivo, donde el usuario tiene mayor protagonismo y más contacto con la persona que está al otro lado de la pantalla. Pese a que esta red tiene restricciones de edad, los expertos alertan de la presencia de niños y adolescentes en estos canales no solo como usuarios, sino también como oferentes de servicios pornográficos con sus propios canales web.

El acceso a la ponografía está a un clic para la mayoría de los niños y adolescentes, pero también, vivimos en una sociedad que ha convertido la sexualidad en un producto de placer y en experiencias compartibles. Se ha normalizado una cara del sexo desvinculado de lo afectivo. 

LA HUELLA QUE DEJA LA EXPOSICIÓN A PORNOGRAFIA 

El exponerse a contenido erótico o pornografico produce una descarga intensa de dopamina; neurotransmisor responsable de las emociones placenteras. Este neurotransmisor genera un mensaje para que repitamos la conducta y por tanto sigamos repitiéndola. En poco tiempo, es fácil caer en un consumo patológico de pornografía o contenido sexual. 

A su vez, el consumo de pornografía, muestra el cuerpo humano como un mero objeto de placer, totalmente desvinculado de afectividad, respeto o cuidado. La pornografía circunscribe la sexualidad únicamente a su dimensión corporal.

El porcentaje de chicos que han puesto en práctica alguna escena vista en pornografía es llamativamente superior al de chicas, 46,6% frente a 22,8%, y lo peor llega al preguntar sobre la existencia de consentimiento. 

ROL DE LOS PADRES Y MADRES

Los padres y madres debemos atender a la prevención del consumo de pornografía en los niños y adolescentes, pero también es necesario entender, que si bien las redes sociales, como TIKTOK, no son canales pornográficos, sí permiten todo tipo de intercambio de material altamente erotizado sin límites.

¿Estás atendiendo al contenido que están consumiendo los niños?

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