Estamos muy cerca de Navidad y de seguro estás pensando en qué comprar a los niños y adolescentes de tu familia, entre miles de opciones existentes en el mercado. Si estás en el proceso de compra, te invito a leer esta nota, donde te damos algunos consejos para elegir un juguete adecuado para ellos.
En la infancia y parte de la adolescencia, los juguetes tienen el objetivo de ayudar a sus dueños a entretenerse, pero a su vez, a interactuar con el mundo que les rodea. Al jugar, interpretan diferentes realidades, asumen diferentes roles y ajustan la experiencia a la necesidad de cada uno de ellos (as). Jugar debe ser, por definición, una experiencia placentera, una instancia en que se facilita el desarrollo de la creatividad, la imaginación, las habilidades sociales y emocionales.
En cuanto a los juguetes, su calidad y utilidad, no está todo claro. Muchos padres y madres son seducidos por los juguetes de moda, electrónicos o con sonidos y luces, porque piensan que estos estímulos son positivos. Diferentes estudios han demostrado que el juego en la infancia tiene una particular incidencia en la formación del carácter y hábitos. A través del juego, reafirman su personalidad, desarrolla su imaginación y enriquece sus vínculos y relaciones sociales.
Pero para que el juego sea un real aporte en el desarrollo infantil y adolescente, este debe tener algunas características específicas. Por este motivo, te entregamos algunos consejos para que, en esta Navidad o celebración de cumpleaños, elijan los juguetes más adecuados para sus hijos e hijas.
Fíjate en la edad del juego
Los juguetes están diseñados para ser usado por personas de un rango de edad y desarrollo cognitivo. Si el juego o juguete tiene niveles de dificultad mayores para el usuario, puede generar frustración y desmotivación. En cambio, si se ajusta a la necesidad de cada niño(a), seguramente será un aporte a su aprendizaje.
Regalar sin sesgos de género
Durante décadas a las niñas les regalaban cocinitas y a los hombres pistolas, acotando sus posibilidades de juegos. Hoy existen una gran variedad de juguetes para que cada niño o niña los use según sus intereses y motivaciones.
Juegos con objetivos
Elijan juegos que busquen estimular todos los cinco sentidos, la imaginación u otras habilidades. Como también que tengan objetivos puntuales y entendibles. Así como los sonajeros permiten captar diversos sonidos, las casitas de muñecas nos permiten desarrollar habilidades sociales, de organización y cuidado.
Juguetes con mínimas instrucciones
Compren juguetes que sean seguros para niños y niñas, que generen poco ruido y que tengan mínimas instrucciones. Lo positivo de un juego, es que la acción nunca debe venir de este, sino que del niño(a). Cuando un juguete genera incentivos con premios, tiene exceso de estímulos visuales y sonoros o complejas instrucciones, se disminuye el protagonismo de los niños y niñas; entonces, se pasa a ser una especie de “operarios” de la actividad y no los actores principales, como debe ser.
Participación activa
El juego es sobre todo un proceso, sus motivaciones deben ser intrínsecas no tiene metas o finalidades extrínsecas. Así mismo el juego es una actividad que implica acción y participación activa. Que le permita el protagonismo a cada niño(a), logrando activar la motivación interna.
¿Qué impacto tienen los juegos digitales?
Algunos juguetes con baterías o pilas, pueden tener una gran carga de estímulos externos que finalmente distraen la atención de los niños y niñas hacía, por ejemplo, apretar un botón. Lo que debemos esperar es un juego libre y sin estructuras, para que cada menor lo desarrolle según su necesidad e interés.
En cuanto a los videojuegos, tener acceso o dedicarle mucho tiempo a temprana edad, puede generar trastornos de conducta asociados a la adicción. Esto se puede dar dado a la sobrecarga de estímulos, gratificaciones y desafíos que ofrecen a sus usuarios. A su vez, reducen la actividad lúdica a un espacio donde el protagonismo lo adquiere el juego en sí. las opciones que ofrecen al usuario para actuar suelen ser acotadas y las experiencias de juego sobre estimulantes, lo que puede derivar en una sobrecarga emocional, ansiedad o estrés.
Por todos estos motivos, recomendamos no solo evaluar el tipo de juguete que se va a regalar, sino también velar por la experiencia de juego y ver que ésta sea lo más libre posible, placentera y siempre activa.
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