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Los videojuegos pueden ser una actividad muy entretenida y desafiante para todas las edades. Sin embargo, así como ayudan a desarrollar algunas habilidades motrices o de pensamiento, a su vez, pueden implicar riesgos como todas las actividades del mundo digital.
Una buena parte de los videojuegos está diseñado para que los(as) usuarios(as) vivan experiencias excitantes. Dado a la enorme cantidad de estímulos interactivos que contienen, activan el circuito de recompensa y placer en el cerebro. Esto hace experimentar emociones muy extremas que pueden llegar a generar trastornos de ansiedad o desórdenes conductuales.
¿Cómo puedes regularlo? A continuación, te compartimos un contrato entre padres e hijos(as) que sirve para establecer acuerdos en relación al uso de videojuegos.

Al llenar los datos te mandaremos a tu correo una guía con el contrato para el uso de videojuegos
Según el reporte “Los fenómenos mundiales de internet” (Sandvine, Estados Unidos) los videojuegos online, los contenidos transmitidos por streaming y las redes sociales han concentrado el 80% de tráfico en internet a nivel mundial.
Recomendamos pasar un rato jugando con los(as) niños(as) y observar sus experiencias antes de firmar el contrato. Comparte con ellos(as) lo que han aprendido y aprovecha esta instancia para conocerlos(as) mejor. Procura que tu hijo(a) entienda que esto es parte de tu rol como madre o padre. Cuida ser un buen ejemplo y acompáñalos(as) cada vez que acudan a los videojuegos.