Autocuidado Docente: La piedra angular de la recuperación emocional postpandemia

Nunca voy a olvidar un relato que me contó una profesora de segundo básico. Durante el primer semestre recibía mensajes y notas de madres que le pedían buscar ropa perdida de sus hijos ya que la habían dejado en el colegio.

Buscar la ropa perdida significaba que la profesora tenía que recorrer el colegio completo durante su hora libres de clases, que son “libres” precisamente para ir al baño, comer algo o planificar otras actividades. 

En la entrevista con la apoderada a fin de semestre, la profesora le preguntó:

• ¿De quién son los polerones que se pierden? 
• De mi hijo. Respondió la madre.
• ¿Y a quién le  debe preocupar que su hijo lleve su ropa de vuelta a la casa?
• A mi. 
• Entonces, ¿quién debería ir a buscar la ropa por el colegio?

Hubo silencio…

Este ejemplo grafica una vez más, la sobrecarga laboral no reconocida que tienen los equipos docentes, en momentos que deberían estar concentrados en aportar con su trabajo a la recuperación de aprendizajes y salud mental de los estudiantes. Entendamos de una vez que a los profesores(as) también hay que cuidarlos(as). 

Frecuentemente vemos profesores que tienen que trabajar en las tardes o fines de semanas y a quienes se les piden responsabilidades que no se ajustan a sus funciones (como buscar ropa perdida por el patio) y tantas otras cosas más. La solución a esto es bien simple y clara: PONERNOS LÍMITES. 

El autocuidado docente requiere de acciones concretas como delimitar el horario de trabajo y las funciones que son propias del cargo. Puede ser que pensemos: “no cuesta nada contestar este correo electrónico a las 20.00 hrs”. Pero sin duda, esto tiene un costo laboral, familiar y emocional muy alto en la salud mental y bienestar docente. 

Y acá, va una pregunta clave:

• ¿De quién es la salud mental que está en juego?
• …
• ¿A quién le interesa poder disfrutar su trabajo y no estar con cuadros de estrés, angustia o ansiedad?
• …
• Entonces, ¿quién tiene que poner los límites? 

Uno de los focos de estrés docente en la actualidad es el trato con apoderados.

No es fácil aprender a poner límites, hacernos respetar y acoger a los apoderados con estrategias claras y efectivas que nos permita a todos ofrecer una buena educación.