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Muchas veces el esfuerzo de las familias para fomentar actividades sin pantallas, retrasar el uso de redes sociales o priorizar el desarrollo de sus talentos, se ve interrumpido por sus compañeros de colegio, cuyos padres no les exigen los mismos hábitos digitales.
Los procesos de crianza familiar y educacional en los colegios son complicados y, en ocasiones, se generan conflictos de convivencia por las diferentes formas en cómo cada familia aborda ciertos temas, como el uso de las pantallas, por ejemplo.
Estas diferencias se evidencian en el comportamiento de los estudiantes en las salas de clases y el colegio, debe dedicar tiempo para resolver estos conflictos y aunar criterios. Pero, ¿Cómo podemos organizar a todas las familias en torno a este tema?
Acuerdos de Curso
Alinear a las familias que integran un curso no es fácil, pero es posible y mientras más temprano se logre, más serán los beneficios para toda la comunidad escolar .
Una de las principales herramientas para alcanzar ciertos objetivos, son los acuerdos de curso, los que son considerados como una estrategia de prevención realista para tratar temas de convivencia y posibles de aplicar con el apoyo de los colegios.
Cuando los acuerdos de curso se alcanzan en los primeros años de escolaridad, estos ayudarán a prevenir situaciones que pueden afectar el bienestar emocional de niños(as) y jóvenes, desde una mirada preventiva y comunitaria.
Por ejemplo, en el caso específico de normar y regular el uso de aparatos móviles, un acuerdo de curso puede centrarse no en la prohibición de la tecnología, sino en la concientización de su uso, normar las instancias en que se puede usar y poner el foco en el cuidado de la salud mental y que los estudiantes tengan una sana infancia.
Un ejemplo
Hace un tiempo, trabajamos en conjunto con el Centro de Padres y la dirección de un colegio, para promover acuerdos de curso, para comprometer a los padres y madres de un tercero básico, a cumplir ciertos objetivos en beneficio del desarrollo integral de sus hijos(as).
En este caso partimos con una idea central: retrasar el uso de redes sociales hasta cuando sus hijos(as) cumplan 13 años. La mayoría de las familias se comprometieron y pareció un desafío lejano, pero pronto llegaron a 8º básico; la diferencia de esos jóvenes respecto a otros adolescentes salta a la vista. Crecer sin redes sociales, les permitió desarrollar talentos y habilidades, propios de la infancia. Más del 50% de los estudiantes practica algún deporte y el 70% tiene una afición que realiza de manera semanal. Los problemas de salud mental que se han presentado post pandemia, son menos y de menor complejidad que en colegios similares.
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¿Cómo logramos esto?
No fue fácil, ni tampoco rápido. Los padres y madres tuvieron que participar de charlas y talleres para apoderados, donde obtuvieron fundamentos científicos sobre el impacto que tienen las redes sociales en el desarrollo neurológico infantil y adolescente.
También aprendieron y conocieron sobre la normativa legal y los problemas más comunes a los que se exponen los niños y adolescentes a esas edad en el mundo virtual.Por ejemplo, se hicieron concientes de temas como la pornografía digital, el ciberacoso y trastornos de conducta, entre otros.
Hubo diversas opiniones respecto a determinar los 13 años como la edad de inicio para el uso de redes sociales, como también dudas e inquietudes. Tuvimos apoderados detractores, otros más pasivos y, un grupo no menor, que estaban muy concentrados en desarrollar habilidades de crianza respetuosa.
En el Taller de Apoderados organizamos varias reuniones con los padres y madres, donde se expusieron problemáticas reales y las habilidades de crianza necesarias para abordarlas.
Al final se logró el acuerdo de curso, cuyo objetivo fue resguardar el bienestar emocional de los hijos e hijas y, para eso, el uso de las redes sociales comenzaría a los 13 años. La decisión no fue tomada como una batalla contra la tecnología, sino como una manera de resguardar la salud mental de los estudiantes.
Esta experiencia la hemos repetido en muchos colegios y con buena acogida. Al menos el 70% de las familias adhieren a los acuerdos en los cursos inferiores a 6º básico.
Querer lo mejor para los hijos e hijas, es un anhelo de todos los padres, pero es importante que definamos cómo queremos lograrlo. Por este motivo, todos los años se revisan los acuerdos y, en ocasiones, se agregan algunos puntos.
Junto con este acuerdo que resguarda la salud mental de los niños, se capacitó a los profesores jefes y a las comitivas de curso en el buen uso de la tecnología y resolución de conflictos. Básicamente, formamos mediadores capacitados para enfrentar los problemas de manera positiva.
Extender la infancia retrasando el acceso a las tecnologías, no implica una renuncia a los aportes del mundo virtual. Sólo buscamos asegurarnos que ingresen cuando tengan la madurez, empatía y autorregulación para usarla en su beneficio sin riesgos.
1 comentario en «Acuerdos de curso para el buen uso de la tecnología»
Hola
Junto con saludar, agradezco la información. Me parece excelente la idea de plantear acuerdos con los padres y apoderados. Lamentablemente hay situaciones en que los padres y apoderados desconocen el riesgo del uso de las redes sociales.
Muchas gracias.