Hoy la pornografía se define como escenas (video, audio o gráfica) que representan escenas de sexo explícito, cuyo objetivo es provocar la exitación de terceras personas.
La pornografía puede dejar profundas huellas en el desarrollo infantil y es por eso que debemos enseñarles a nuestros hijos/as a rechazarla desde temprana edad. No hay dobles miradas cuando se trata de cuidarlos/as. La pornografía es peligrosa para ellos/as.
Su exposición a temprana edad puede acarrear consecuencias como el abuso sexual, un despertar prematuro de la sexualidad antes que estén preparados y el aprendizaje de conductas sexuales poco saludables.
Algunos de los riesgos más relevantes para niños/as que tienen contacto con pornografía son:
- Exposición a contenido violento y degradante, principalmente mujeres.
- Aumenta el riesgo de abuso sexual.
- Sensación de fracaso y problemas de autoestima.
- Problemas de salud mental.
- Aprendizaje de conductas sexuales no saludables.
- Promoción de conductas adictivas.
Los niños/as pueden aprender a alejarse de la pornografía y estarán así protegiendo su salud mental. Para esto, es necesario enseñarles a identificar el tipo de imágenes que deben evitar.
Es bueno que iniciemos esta discusión, partiendo por lo básico… aprendiendo sobre qué entendemos por pornografía hoy. Es posible que imagines una mujer voluptuosa con poca ropa que posa sensual en una fotografía. Pero eso no es pornografía. Hoy, la pornografía se define como escenas (video, audio o gráfica) que representan escenas de sexo explícito, cuyo objetivo es provocar la exitación de terceras personas.
En el libro de Kristen A. Jenson, Imágenes Buenas Imágenes Malas, se define la pornografía como “imágenes, vídeos, o aún tiras cómicas, de personas con muy poca o ninguna ropa puesta”. La pornografía se centra en las partes privadas del cuerpo que normalmente están cubiertas por la ropa interior. Definir qué es “pornografía” de manera correcta ayuda a entender que su objetivo es provocar reacciones sexuales. Cuando un/a niño/a entiende este objetivo, se hará más fácil que desarrolle su propio filtro hacia ese tipo de contenidos.
Las reacciones que provoca el ver porno son principalmente emocionales y el acceso a niños/as y adolescentes puede ser muy diferentes, siendo en niños/as algo que suelen definir como “asqueroso, repugnante” y en los más grandes, puede causar mayor atracción. Enseñarles a crear un filtro personal desde temprana edad, les ayudará a evitar el acceso a la pornografía y evadir sus riesgos.
Ahora bien, ¿Cuando debemos hablar de pornografía con los hijos/as? Mi recomendación es: cuanto antes mejor. Siempre que tengan acceso a internet, ya este tema debería estar en la conversación familiar. Lamentablemente, se trata de prepararlos/as para cuando les llegue el contenido pornográfico, habiendo desarrollado en ellos/as un filtro personal que los habilite para decir “esto no lo veré” ya que me hace mal. Lo llamaremos “autodefensa digital”.
Ningún niño/a merece enfrentarse a la industria del porno. Debemos darles las herramientas para defenderse de la pornografía. De esta manera, al encontrarla tendrán muchas más probabilidades de rechazarla.
Algunas de las recomendaciones que le damos a los padres son:
- Busca una definición de pornografía apropiada para la edad.
- Explica con claridad los riesgos y el daño que ver este tipo de imágenes provoca en su desarrollo.
- Enséñales a rechazar este tipo de contenidos y a pedir ayuda para sacarlo del dispositivo que está usando.
Para muchos padres y madres hablar de estos temas es complicado, vergonzoso o incluso lo consideran innecesario porque han instalado filtros o controles parentales. La pornografía llega igual, desde el teléfono de otra persona, en casa de un compañero o en la más secreta intimidad de mi hogar. Mejor es hablar sobre la pornografía, temprano y con frecuencia.
Puedes revisar el material que han desarrollado otras organizaciones en: Grupo Opciones y Defend Young Minds.
Para más información te recomendamos: https://www.daleunavuelta.org/audiovisual/