“Prefiero hacerme el loco, ya no quiero desgastarme más pidiéndoles que apaguen el teléfono, o que dejen de comer en clases. Prefiero quedarme con los que quieren aprender porque ya no puedo más. Nunca pensé en llegar a esto, no imaginé que podía llegar a no importarme lo que hicieran mis alumnos, pero la verdad es que no doy más. Si les quito el teléfono, llegan los apoderados a reclamar, si abordo un problema entre estudiantes, me reclaman que “porqué me meto en esto…”. Es difícil ser profesor hoy”. Josué, 54 años. Quilpué.
Desde hace algunos años, estamos viendo un desgaste emocional sin precedentes en el profesorado y un cambio en la figura de “autoridad respetable” que de antaño veíamos en el gremio. Hoy a los profesores se les ningunea en la sala de clases, humilla, desobedece e incluso amenaza sin ningún pudor.
Desde las Naciones Unidas alertan que esta nueva realidad escolar está afectando a millones de escuelas en todo el mundo. “En los últimos años se ha reducido el número de docentes que el mundo necesita, la profesión se enfrenta a una grave crisis vocacional y quedan 44 millones de empleos por rellenar. En América Latina y el Caribe faltan 3,2 millones de profesores para cubrir la demanda básica de las escuelas.(UN news, 5/10/2023)
De este tema se ha escrito mucho y debatido con énfasis creciente en los últimos años. Elige Educar en un artículo del año 2021, evidenció un déficit –para 2025–, de más 26 mil profesores idóneos en establecimientos educativos, es decir, un 19% de los profesionales que se necesitarán para ejercer la profesión en la sala de clases durante los próximos cinco años. La investigación considera como “profesionales idóneos” a aquellos que cuentan con el título de profesor y se formaron en la disciplina que enseñan. Esto no implica necesariamente que sean adultos funcionales emocionalmente o bien, que cuenten con habilidades de liderazgo en la sala de clases, competencias digitales o capacidades como coach de crianza para apoderados. Ha avanzado el tiempo y ad portas del año 2024 creo que el tema amerita una reflexión.
¿Es que la vocación para enseñar a otros está desapareciendo? ¿Nadie quiere enseñar?
El problema tiene varias raíces… como todo en la vida. Observamos deficiente formación inicial docente, que no posee estrategias para abordar los temas más contingentes en la sala de clases; claves para la adecuada inclusión y educación en la diversidad, gestión de conflictos y convivencia escolar, metodologías para la educación presencial y virtual, comprensión de la normativa vigente, entre otros.
Si analizamos las condiciones de trabajo del docente vemos también varias espinas:
Falta de materiales y apoyo para realizar las clases, excesivas responsabilidades administrativas anexas a la docencia en aula, permanente sensación de agobio por episodios de violencia, faltas de respeto y ausencia de respaldo desde las direcciones escolares, sobrecarga laboral asociada a la atención de apoderados, unidos a remuneraciones bajas y malas pensiones por nombrar solo algunos ejemplos.
Esta realidad, que ha trascendido las murallas de las escuelas, se ha ido transmitiendo a los jóvenes, provocando una disminución sostenida y creciente en su preferencia por estudiar alguna carrera del área de la educación. Así lo evidencian los resultados de los últimos procesos de admisión universitaria en las carreras de Pedagogía. Junto con ello vemos como un alto porcentaje de profesionales desertan de la docencia a los pocos años de haber comenzado a ejercerla. Me detengo en este punto para profundizar a continuación en algunas ideas.
Alerta y preocupación máxima
Como Fundación para la Convivencia Digital, hemos trabajado este año con más de 5 mil profesores y la sensación con que cerramos este año es de alerta y preocupación máxima, por las siguientes razones:
- No se ha dado importancia a la salud mental docente y a los resguardos necesarios para su bienestar emocional.
- Los profesores han estado sometidos a altos niveles de estrés debido a los problemas de convivencia escolar como faltas de respeto de los estudiantes y apoderados, desconocimiento del modo de abordar las desregulaciones conductuales y emocionales, abordaje de situaciones de salud mental, falta de preparación en temas de aprendizaje socioemocional.
- Ansiedad debido a la posibilidad de sobreexposición en redes. La falta de normativas y la poca educación digital de los estudiantes, expone a los docentes a situaciones incómodas y ofensivas en el mundo de las redes sociales. Muchos de ellos son fotografiados en sus clases, grabados, viralizados sin poder defenderse o evitar este tipo de situaciones.
Hemos visto con mucha más frecuencia de lo que es razonable, profesores muy estresados, cansados y confundidos por esta razón. Así entonces como podría pensarse, esta realidad impacta con mayor fuerza en los profesores que comienzan con su trayectoria profesional, quienes tienen una alta tasa de deserción.
¿Qué hacer para revertir esta situación?
El impacto que un buen profesor tiene en sus alumnos es innegable. La motivación que tiene el alumno para estudiar, esforzarse y cumplir con sus obligaciones escolares se refuerza si se siente acompañado en el camino por un profesor comprometido con su progreso.
Para que esto sea posible es necesario enfatizar algunos aspectos claves.
- Invertir en la actualización de la formación inicial del profesorado y en programas de desarrollo profesional continuo que aborden la convivencia escolar y digital desde el currículum, poniendo énfasis en las habilidades sociales y emocionales.
- Crear programas de mentoría que ayuden a los docentes recién egresados a incorporarse al colegio y potencien el trabajo colaborativo entre los nuevos profesores y quienes llevan más años en la institución. Lo mismo pudiera pensarse respecto de aquellos maestros que, ya jubilados, sí quieren seguir aportando a la formación de profesionales jóvenes.
- Garantizar que los profesores reciban salarios y prestaciones competitivas, especialmente en comparación con otras ocupaciones que requieren niveles equivalentes de calificación y brindarles oportunidades de ascenso profesional.
- Disminuir la carga administrativa y la burocracia escolar y permitir que el profesor se focalice en enseñar y no en llenar papeles. Hoy con la exigencia de la digitalización instrumental estamos en un buen pie para transitar hacia ello.
- Potenciar la capacitación docente en temas de aprendizaje socioemocional, aula inclusiva, diversidad, derechos fundamentales y estrategias de prevención de la violencia escolar que les permita contar con las herramientas adecuadas para garantizar el buen clima de aula. Junto con ello y desde las unidades de bienestar de los colegios, procurar que los profesores tengan la posibilidad de contar con prestaciones de salud mental.
- Impulsar un liderazgo escolar sólido y colaborativo, que reconozca las contribuciones de los docentes, ofrezca retroalimentación constructiva y promueva un ambiente de trabajo positivo.
- Disponer de normativas claras que permitan el respeto docente y resguarden su autoridad e imagen como tutor de sus estudiantes.
4 comentarios en «Docencia en la lupa: faltan profesores y sobra estrés»
Un artículo que refleja la realidad del profesorado. Es urgente, preparar al docente, tanto al que se encuentra en sus primeros años de universidad como aquel que lleva tiempo ejerciendo. Estamos inmersos en una sociedad con falencias, con temor, inseguridades y donde se ha perdido el respeto por las necesidades del otro, además la pandemia dejo una vulnerabilidad emocional enorme. Frente a todo lo anterior, los aspectos curriculares y pedagógicos han perdido la relevancia, de no considerar la emocionalidad ( parte fundamental). Es una tarea imposible de lograr aprendizajes y que lleven a la sociedad actual a superar los desafíos a los cuales se encuentran sometidos. La reflexión acción debe venir desde las máximas autoridades como también de todas y todos los que estamos inmersos en el mundo de la Educación.
soy profesor jubilado y anoche me soñe pelenndo con un apoderado por defender aun inspector que cumplia su labor dentro del establecimiento al llamarle la atencion a una alumna por llegar atrazada en eso llega el apoderado y muy ofuscado justificando a su hija a lo que me toco intervenir dentro del alegato el apoderado me pega un golpe y me tira una una patada yo le tomo la pierna y lo boto .desperte muy ofuscado y di gracias a dios por que era un sueño .por muchos años fui director de colegio y me toco vivir el respeto y autoridad que teniamos –
Es una realidad frustrante la que vivimos constantemente los y las docentes de escuelas básicas y colegios de enseñanza media. Ninguna autoridad pareciera querer realizar un cambio profundo en este tema pues ya hubiesen intervenido en serio esta problemática. En general las autoridades tienen un discurso de palabras bonitas alejadas del diario vivir y al final del día no concretan nada.
Estimada junto con saludar, solicito cotización de la realización de un taller para el viernes 1 de marzo con temáticas de convivencia escolar a docentes, aproximadamente 60 funcionarios.