NO TE PIERDAS LA GUÍA DESCARGABLE
Uno de los problemas de padres y madres, es que no existe una edad indicada o sugerida para entregar un teléfono celular con acceso a internet de uso personal a los niños y niñas, por lo que muchas veces queda supeditado al criterio y realidad de cada familia.
Las razones por las cuales un niño o adolescente pide un celular son básicamente 3: estar conectado con sus amigos, tener acceso a internet para jugar y usar redes sociales.
A su vez, los padres entregan un teléfono celular por una razón principal declarada y una secreta. La primera razón es por un tema de seguridad y comunicación (poder contactar a sus hijos(as) y saber de ellos(as) con mayor facilidad si es que tienen un teléfono). La segunda razón, es que el tener a sus hijos(as) trás una pantalla, los deja tranquilos y baja sus niveles de atención parental.
El problema, es que tener un teléfono personal en la infancia, sin la madurez necesaria para mediar su uso de forma adecuada, puede conllevar varios problemas, entre ellos; como acceder a pornografía, ser víctima de acoso o malos tratos, pérdida de tiempo para hacer otras actividades o bien, desarrollar problemas de salud mental como adicciones o aislamiento social.
En pocos años y desde que se masificaron las tecnologías móviles, pasamos de la tan anhelada seguridad física, a la falta de cuidados en cuanto a salud mental.
El gran problema para padres y madres, es que NO hay UNA edad indicada o sugerida para entregar un teléfono celular con acceso a internet y de uso personal a los hijos(as). Todo queda supeditado a la capacidad de cada usuario, necesidades personales y conocimientos de los padres sobre el impacto de la tecnología en el desarrollo cerebral y socioemocional.
Otro problema, es que ya habiendo unos pocos niños o adolescentes en un curso con acceso a uso de teléfonos personales, el resto sentirá la curiosidad y presión social de tener su propio aparato en un corto plazo.
Las posibles respuestas
¿A qué edad se recomienda entregar un teléfono celular? esta pregunta se responde con varias alternativas.
Teléfono para llamadas
El teléfono de uso personal para llamadas, es una excelente alternativa para niños y jóvenes que deben mantener una comunicación con sus padres. Pero acá lo importante, estos dispositivos no necesariamente tienen acceso a internet. Así, el riesgo de su uso es mucho menor.
Teléfono con acceso a internet
Si el teléfono cuenta con acceso a internet, el dispositivo se puede volver una herramienta de doble filo. De hecho, no hay consenso entre padres y madres, sobre la mejor edad para que los niños y niñas reciban su primer teléfono personal.
De hecho, en la “Radiografía Digital: Impacto de las tecnologías en la familia 2022-2023”, más del 70% de los padres y madres consideran óptimo entregar uno de estos aparatos antes de los 13 años..
Lo que sí sabemos, es que a nivel cerebral, a esas edad aún la capacidad de autorregulación, manejar los impulsos y fortalecer los hábitos, está en desarrollo. De hecho, quedan al menos 10 años para que el cerebro haya terminado mayormente su desarrollo.
Cada hijo es diferente
Anita recibió un teléfono con internet para llamar a su padre. Firmaron un compromiso de buen uso y él prometió que le iba a controlar el tiempo de conexión con una aplicación de control parental.
Todo anduvo bien al comienzo. Pero con el tiempo, Anita dejó de llamar a su papá cada día y el tiempo se lo pasaba mayormente en otras actividades en su teléfono. A poco andar, los informes de notas mostraron una baja y la niña presentaba más ansiedad y dificultades para dormir. La madre de Anita reclamaba que ya no jugaba como niña y sólo le importaba el reggaeton y lo que estaba de moda.
Al poco andar, Anita encontró una cuenta en una red social y la recomendó a sus amigas. Estas niñas, que querían seguir esa cuenta, le decían a sus padres que eran las únicas sin teléfonos en el curso. Sus padres les señalaban que aún no necesitaban un aparato móvil, hasta que uno de ellos se convenció de darle un teléfono a su hija para “probar su conducta”. Al poco tiempo, todas las familias cedieron a la presión de sus hijos e hijas.
Así las niñas comenzaron a compartir datos interesantes, cuentas en redes sociales, perfiles de influencers populares, videos de youtube e incluso datos de Inteligencia Artificial, entre otros usos.
Así pasó que Anita y sus compañeros de curso llegaron a 5º básico y los “niños y niñas”, de forma precoz ya eran unas preadolescentes con un manejo y conocimiento de temas muy ajenos a su edad y etapa de desarrollo. La infancia duró en ellos menos de lo esperado y en definitiva, los problemas más graves derivados del uso de internet sin supervisión no tardaron en aparecer.
El control parental de los padres, se desvaneció cerca de los 13 años y ya a los15, el 40% del curso había estado involucrado en situaciones de ciberacoso, el 70% había visto pornografía y el 63% reconocía que le era dificil dejar de jugar videojuegos.
Lo que en un principio parecía justificado para la seguridad de ellos, a poco andar puso en riesgo la salud mental de una buena parte de los niños y niñas del curso.
Apoyar(nos) en la crianza
El ejemplo de Anita y sus compañeros de curso,ilustra una realidad cotidiana que los padres NO quieren ver. Es urgente que nos formemos como padres, que aprendamos a educar en la era digital y que entendamos que las decisiones que tomemos en cuanto a la crianza de nuestros hijos, impactan en la vida de todo el curso.
Les proponemos. Retrasemos entre todos, la entrega del primer teléfono con acceso a internet hasta al menos los 14 años.
De poco sirve que UNA familia tenga claros los límites, si es que el resto no los tiene. Busquemos la manera de formar de resguardar la salud mental de nuestros hijos, retrasando la entrega del teléfono en acuerdo con toda la comunidad de curso. Eso sí es una medida que habla de seguridad, (la que buscaban los padres) y una buena manera de “estar conectados a la realidad con los amigos”, armando redes de amigos reales, como quieren y necesitan los niños y adolescentes.